El descubrimiento del telurio plantea un dilema: por un lado, es necesario crear una gran cantidad de recursos energéticos verdes, pero por otro, los recursos de la minería pueden causar grandes daños al medio ambiente.
¿Cuál es el equilibrio entre la creación de energía verde y la destrucción de la minería?
Según un informe del MIT Technology Review, los investigadores encontraron un metal raro bajo la superficie del océano, pero el descubrimiento trajo en gran medida un problema apremiante: en el proceso de explotación de los recursos naturales, dónde debemos trazar un límite.
Según la BBC, los científicos han identificado un telurio, un metal de tierras raras muy rico, en las montañas marinas a 300 millas de la costa de las islas canarias. A unos 1.000 metros bajo la superficie del mar, una roca de cinco centímetros de espesor encerrada en las montañas submarinas contiene un metal raro, telurio, 50.000 veces mayor que el de la tierra.
El telurio se puede utilizar en algunas de las células solares más eficientes del mundo, pero también presenta problemas que son difíciles de explotar, como muchos metales de tierras raras. La montaña puede producir 2.670 toneladas de telurio, el equivalente a una cuarta parte del suministro total mundial, según el proyecto liderado por Bram Murton.
Esta no es la primera vez que se detecta la extracción de metales raros. Se sabe que todos los metales existen en las rocas del fondo del océano y algunas organizaciones han mostrado interés en extraerlos. Nautilus Minerals, una empresa canadiense, inicialmente enfrentó resistencia por parte del gobierno, pero ahora está trabajando para extraer cobre y oro de la costa de Papúa para 2019. China está estudiando activamente cómo excavar en busca de metales en el fondo del Océano Índico, pero aún no ha logrado para comenzar oficialmente. Los recursos del fondo marino son atractivos y nuestra investigación actual sobre coches eléctricos y energía limpia ha ampliado la demanda de metales raros y preciosos. Los recursos terrestres son ahora costosos de explotar, pero parece probable que el acceso a estos recursos desde el fondo del mar satisfaga la creciente demanda de energía limpia en el futuro. Y está claro que los desarrolladores pueden obtener grandes beneficios.
Pero la paradoja es que ahora hay muchos académicos preocupados por el daño ambiental de estos planes. A principios de este año, por ejemplo, un análisis de pruebas de minería en aguas profundas mostró que incluso las pruebas a pequeña escala podrían destruir los ecosistemas marinos. El temor es que una mayor acción conduzca a una mayor destrucción. Y no está claro si el ecosistema se altera, cómo causará peores consecuencias, e incluso puede interferir con los patrones climáticos del impulso oceánico o la segregación de carbono.
El descubrimiento de telurio plantea un inquietante dilema: por un lado, es necesario crear una gran cantidad de recursos energéticos verdes, pero por otro lado, estos recursos de la minería pueden causar grandes daños al medio ambiente. Esto plantea la cuestión de si los beneficios del primero superan las posibles consecuencias del segundo. Responder a esta pregunta no es sencillo, pero pensar en ello nos da una idea más profunda de si realmente estamos preparados para explorar todo su valor.